Stelline

Valéry, en su cuento “Eupalinos o el Arquitecto”, cuenta la historia de Eupalinos, que se encuentra en la playa un objeto misterioso. Cuando observó el objeto pensó en la triada vitruviana: Venustas, Firmitas y Utilitas. Creyó que era una herramienta, pero al ser tan bonito pensó que a lo mejor era una escultura, pero desechó la idea al ver que estaba bien construida y magníficamente tallada en buena madera. Las tres condiciones Vitruviana se daban en ese elemento. Concluyó que debería ser una obra de arquitectura.

Además, Valéry explicaba que hay tres formas que se debían trabajar para cultivar la inteligencia.

La primera son las Mathema, las Matemáticas. Lo que sabemos. ¿Qué son los números? La palabra número proviene del latín “computare”, que significar podar o cortar, es decir: discernir, pensar.

La segunda son los Versos. Vértere, en latín, es hacer surcos con el arado o una cuchilla que corta la tierra. Los versos son surcos, los renglones en el papel. Los versos son métricos, tienen melodía, y ritmo.

La tercera es Dibujar. En francés es Dessiner: es aguzar y sacar punta. En Español, dessiner es Designio.

De estas tres formas de cultivar la inteligencia, que nos explicó Valéry, sacamos como conclusión que son las rayas de los números y las rayas de las letras las que nos sirven para diseñar. Para hacer Arquitectura.

El título del proyecto viene de la película Blade Runner 2049.

Al final de la película vemos que K, el protagonista de la esta película, se encuentra satisfecho de llevar a Deckard (Harrison Ford) junto a su hija. Mientras la vida de K se va desvaneciendo tumbado en las escaleras del edificio de Stelline, se da cuenta que lo ha perdido todo, incluso la esperanza de ser algo más que un replicante. Pero asume que el propósito de su vida ha sido ese. Un propósito noble que hace que su vida sí tenga sentido. Él lo ha comprendido y ahora puede descansar en paz.